Pese a que les he dicho que para mí significa poco y nada, no me creen. Y es cierto. Considero que el trayecto no me toma demasiado tiempo en comparación con personas que viven en comunas más apartadas. Media hora si el tráfico es fluido y cuarenta y cinco si es muy crítico. En los días de lluvia, un poco de agua que se capea con sombrero, impermeable y abrigo. El problema principal –si es que lo podemos llamar problema- es el microbús que me traslada desde la rotonda Grecia hasta el cruce de Marathon por la avenida Rodrigo de Araya. El servicio se caracteriza por su desprolijidad en cuanto a los tiempos de espera, el mal estado y tamaño de las máquinas y, en ocasiones, la mala actitud de los choferes (dada la tensión de su trabajo diario, no los juzgo. Por menos ya me habría acriminado con unos cuantos paisanos, empresarios microbuseros y policías de tránsito). Eso sí, jamás he visto algo por el estilo de parte de los pasajeros, en su mayoría trabajadores y estudiantes de la población Santa Julia. Si surge algún problema, optan por la risa a flor de piel en vez de la agresión simiesca, tan común en otras partes de la ciudad."
por: CLAUDIO RODRIGUEZ MORALES
cortesia chileliterario.com
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