sábado, 15 de diciembre de 2012

Creí haber pasado



La aurora es mi testigo de verme en mis caminos
y ahora que no estoy, 
me pregunto,
¿qué será de mi?

Solamente tengo el valor para amarme hoy.
No me acuerdo de amarme ayer.
Ni me prometí amarme mañana.
Solo sé amarme hoy.

Desde mi cuarto de madera,
profundo en la tierra,
no se llorar
ni verme andar.

El frío me a cobija,
mi lápida me nombra
la grama la acompaña
y lo oscuro eterno.

Parece que mi vida nunca fue,
y, en las memorias de los que caminan, 
caminaron y caminaran, 
no estaré.

Dime tú,
que piensas con claridad
y caminas en tu soledad,



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